No sé en vuestra zona, pero en este rinconcito del Levante español el «entretiempo» prácticamente no existe. Pasamos del jersey de lana a la manga corta en cuestión de días. Así están los cuerpos a veces.
Entramos ahora en ese periodo en el que la astenia primaveral y el buen tiempo que empieza a hacer (y que invita a pasar tiempo fuera de casa), fomentan las pocas ganas de enchufar el horno. Como resultado tiramos de recetas fáciles y fresquitas que no nos quiten mucho tiempo. Es el caso de esta tarta de piña sin gluten, que se hace en un momento y no puede ser más fácil.
Podemos convertir esta receta en una de aprovechamiento si tenemos restos de bizcochos o magdalenas en casa, a los que ya le veis poca salida. Si no, podemos comprar un bizcocho ya hecho o hacer alguno fácil como los que podéis encontrar en el blog. Os aconsejo esta plancha de bizcocho al microondas, este bizcocho de almendra, o este otro protéico.
Ingredientes:
1 lata de piña en almíbar
Caramelo líquido
Bizcocho, soletillas o magdalenas (suficientes para cubrir el molde)
1 sobre de gelatina de piña o limón
400-500 ml de nata
Elaboración:
1. Cubrir la base del molde de caramelo líquido.
2. Colocar, sobre el caramelo, las rodajas de piña en almíbar hasta cubrir toda la base del molde. Podemos cortar algunas rodajas con el fin que cubrir huecos.
3. Cortar el bizcocho en trozos de 1,5 cm, aproximadamente, y colocarlos sobre la piña.
4. En una cazuela llevar a ebullición el almíbar, la nata y la gelatina, sin dejar de ir moviendo.
5. Verter sobre el bizcocho el líquido anterior y dejar enfriar a temperatura ambiente.
6. Una vez frío, tapamos el molde con film y lo metemos el molde a la nevera durante unas horas, hasta que cuaje la tarta. Mejor incluso si la dejamos de un día de otro.
7. Desmoldar de manera que la piña quede en la parte de arriba de la tarta.
Servir y disfrutar.
Nota: Acompañado con nata montada es un postre espectacular.
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